DKC Capítulo 11 ─ ¡¿Él Es El Príncipe Jin?

El Rey Demonio Persigue A Su Esposa: La Rebelde Señorita Buena Para Nada

Capítulo 11 ─ ¡¿Él Es El Príncipe Jin?!

A pesar de que realmente no le gusta el método que se había empleado, los resultados aún eran favorables para ella. En realidad no tenía ningún interés en ser la Princesa Heredera de ese príncipe.

Si se quisiera comparar, aunque ese autoproclamado príncipe parado ante sus ojos era diabólico, fuerte, arrogante, grosero, y disfrutaba de aprovecharse de una situación…… aun así le daba una mejor impresión que el Príncipe Heredero.

─ “Pobre señorita, está a punto de convertirse en el cordero de sacrificio” ─ Nangong Liuyun pretendiendo ser compasivo, toco la delicada nariz de Su Luo. A pesar de permanecer inexpresivo, una sonrisa de satisfacción cruzó por sus ojos.

─ “¿Requiere de un recordatorio amistoso?”─ La esquina de la boca de Su Lou se curvó dibujando una sonrisa que aún no lo era del todo. ─ “La persona que está sujetando actualmente será su futura cuñada”.

─ “¡Incorrecto!” ─ Los ojos de Nangong Liuyun brillaron mientras exponía ligeramente sus blancos dientes. ─ “La persona que este rey está sosteniendo es mi futura princesa consorte”.

Su Luo en silencio miró al cielo ─ “Una broma tan frívola, ni siquiera es un poco divertida” ─ Ella era la legendaria buena para nada de los rumores, nacida de una concubina, incluso su posición como prometida del Príncipe Heredero estaba a punto de ser retirada. ¿Cómo podría ese humilde príncipe querer casarse con ella?

Hasta ahora, Su Luo todavía no conocía los fuertes antecedentes del hombre que la sostenía. Por lo que seguía pensando que Nangong Liuyun era uno de esos pequeños duques.

No hablaremos sobre el intercambio caluroso entre los dos frente al estanque de lotos, después de que el Príncipe Heredero descubriera la verdad sobre que Su Luo era esa señorita desvergonzada, toda su comportamiento se iluminó y sus ojos brillaron.

Después de haber conocido esa verdad, nada más importaba.

El Príncipe Heredero se fue felizmente llevándose las buenas noticias con él. Con un movimiento de sus mangas, ni siquiera su sombra quedo.

Las personas delante del estanque de lotos también se habían marchado.

Mientras una suave brisa formaba ondas en la superficie del agua.

La señorita Su Xi que todavía se encontraba en el estanque de lotos ya había comenzado a temblar.

Esperando desde la tarde hasta el ocaso, luego desde el ocaso hasta el anochecer, por haber esperado por tanto tiempo su rostro se tornó un color pálido y sus labios morados, pero aun su tercera hermana todavía no le había traído un cambio de ropa ropa.

La pobre Su Xi no sabía que gracias a la fuerza aplicada durante su empujón, Su Wan se encontraba desmayada.

Su Xi encontrándose todavía en el estanque de loto estaba tan enojada que casi empezaba a golpear el suelo fuertemente con sus pies. En su corazón, ella comenzaba a odiar a Su Wan,  se prometió que después de que saliera de esto,  no la iba a dejar ir.

Esperando hasta que la noche se volviera completamente negra, para aprovechar la completa oscuridad como camuflaje, Su Xi finalmente saltó fuera del estanque de loto a la orilla.

De repente, a lo lejos se escuchó un espeluznante gritó ─ “¡¡Fantasma!!”

Siguiendo el sonido del grito, Su Xi giro lentamente su cabeza, con el rostro horriblemente distorsionado y ojos carmesíes de la ira.

¡Ella ya había sido molestada lo suficiente por el día de hoy!

Se dio la vuelta y cuando estaba a punto de darle rienda suelta a su ira al desafortunado lacayo, se dio cuenta de que el criado ya se había desmayado después de haber visto al “fantasma”. Ahora ya no tenía forma de dar rienda suelta a su frustración, Su Xi desvió los ojos y utilizando la oscuridad como camuflaje huyo rápidamente hacia su patio.

En el pequeño patio más remoto en la Mansión Su.

Su Luo tenía un trozo de hierba en la boca, con las dos manos detrás de la cabeza, mientras estaba acostada en el techo con ambos pies apoyados, emitiendo una impresión relajada.

Ella tranquilamente revivía todo  lo ocurrido esa mañana. Cuando pensó en cómo Su Xi y Su Wan habían sido avergonzadas,  se puso muy feliz. Además, pensar en sus futuras peleas y quejas entre las dos la hacía aún más feliz.

Mientras pensaba, de repente una cara sin igual cruzó a través de su corriente de pensamiento.

Especialmente ese par de ojos hechizantes, negros como la tinta, con una resplandeciendo luz que brillaba desde su iris lleno de orgullo.

A pesar de que su risa parecía ser descuidada, ocultaba la fuerza y la majestuosidad de un águila; convincente, desdeñosa, pero al mismo tiempo, daba una fuerte actitud dominadora.

Su Luo le había descrito el hombre a Lu Luo, que inmediatamente se emocionó tanto que el plato en su mano empezó a temblar.

Ella con entusiasmo dijo ─ “¡Señorita, si mi suposición es correcta, entonces la persona con las que usted se encontró es Su Alteza el Príncipe Jin! ¡Sí, tiene que ser Príncipe Jin!”

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